El 12 de abril de 1931, se celebraron en España elecciones municipales, que, pese a los resultados globales, provocaron la caída de la monarquía y la proclamación de la Segunda República.
Las elecciones se convocaron con el objetivo de consolidar el sistema, conseguir mayor apoyo popular y evitar que Alfonso XIII perdiera el trono, y lo perdió. «Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo…», declaraba el rey desde el exilio.
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