Santiago Lorenzo publica su primer libro de relatos, 9 Chismes, en la editorial Autsaidercomics, con ilustraciones de Mireia Pérez

Guionista y director de cine, Santiago Lorenzo es conocido por cortos como Caracol, col, col —con el que ganó el Premio Goya al mejor cortometraje de animación, en 1995— o los largometrajes Mamá es boba y Un buen día lo tiene cualquiera. Como escritor tiene publicadas tres novelas: Los Millones, Los huerfanitos y Las Ganas. 9 Chismes es su primera incursión en el relato breve, historias que muestran una realidad con rasgos esperpénticos y con un implícito compromiso social.

«La gran épica es la de los perdedores. La de los ganadores suena a cachondeo»

En tu proceso creativo, ¿cómo se ha producido el paso del guión a la narrativa?
Pasar del guión a la prosa es como dirigirlo. Pero sin problemas de dinero ni de desencuentros con productores.

¿Dirías que en tus libros existe una tesitura visual?
Eso espero. Espero que la haya visual, escultórica, musical, coreográfica, ensayística, actoral, arquitectónica y hasta literaria. Otra cosa es que lo consiga.

Creo que en los cuentos de 9 Chismes está muy presente la parodia literaria y la transformación de la historia en espectáculo, tal y cómo propone la estética del esperpento…
Creo que hay parlamentos enteros de Luces de bohemia, que me sé de memoria.

Salvo algunas excepciones como, por ejemplo, en el caso del cuento titulado “Pavitonta”, diría que tu humor es más comprensivo que crítico. ¿Lo crees así?
Los personajes vienen a regalarnos sus historias para escribir cuentos con ellas. Si encima nos metemos con ellos, luego es un corte encontrárselos por la calle.

¿Existe una épica de los perdedores?
Esa es precisamente la gran épica. La de los ganadores suena a cachondeo.

Pienso que hay una excelente conjunción entre el diseño de Mireia Pérez del libro y las historias que desarrollas. ¿Qué te han parecido las ilustraciones?, ¿qué aportan estas a los textos?
Aportan pinchos. Pinchazos sobre suave y picaduras sobre lo blando. A mí me siguen asustando.