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¡Zas! Madrid | November 14, 2024

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Conciertos del sábado de la Fundación Juan March: la emoción del Bach más íntimo - ¡Zas! Madrid

Conciertos del sábado de la Fundación Juan March: la emoción del Bach más íntimo El músico francés, Jean Rondeau. Richard Egarr, clavecinista británico, al finalizar el concierto. La violinista japonesa Midori Seiler. El clavecinista, Ignacio Prego (Madrid, 1981).
Misael García Lanzas

Los ciclos musicales de la Fundación Juan March: Partitas bachianas

Entre los días 29 de septiembre y 20 de octubre, la Fundación Juan March ha celebrado un ciclo de conciertos, cada sábado, consagrado a las Partitas de Bach para violín y clave.

Las Partitas de Bach, supuestamente ejercicios para la mejora técnica del intérprete, son, no obstante, mucho más que eso, constituyendo un corpus de obras que están en la memoria de todo amante de la música del compositor alemán. En las Partitas —Bach también dedicaría una a la flauta que estará presente en el ciclo, en el último concierto, a través de una adaptación para clave de Stéphane Delplace— concebidas para un sólo instrumento sin acompañamiento, pueden apreciarse su genialidad y riqueza de ideas, las cuales fluyen abundantemente, con las emocionantes profundidad, precisión y esencialidad constantes en la producción del maestro de Eisenach. Completan los programas dos Partitas y una Toccata de Johann Jakob Froberger y la preciosa Suite nº 1 de Henry Purcell.

El clavecinista, Ignacio Prego (Madrid, 1981).

El clavecinista, Ignacio Prego (Madrid, 1981).

El sábado 29 de de septiembre tuvo lugar el primer concierto; Ignacio Prego interpretó las Partitas número 3 en La menor BWV 827, y 5 en Sol mayor BWV 829, de Johann Sebastian Bach (1685-1750), la Toccata nº 2 en Re menor FbWV 102 y la Partita nº 2 en Re menor FbWV 602 de Johann Jakob Froberger (1616-1667), y la Suite nº 1 en Sol mayor Z 660 de Henry Purcell (1659-1695) sobre un clave construido por Keith Hill (2011), copia de un instrumento Taskin (1769) —modelo utilizado en todos los conciertos para clave del ciclo—. Es necesario un inciso para señalar la bonita iluminación de la escena, que destacaba el rojo vivo de la tapa interior del clave, y coloreaba matices azulados y violetas sobre los tubos del órgano del fondo, dejando el resto de la sala en una casi completa oscuridad, además de la gran pantalla colocada en alto que mostraba en primer plano las manos del clavecinista. Ignacio Prego ofreció una interpretación entregada de las obras de Bach, y en las de Froberger y Purcell (como propina regaló una pieza breve del mismo compositor británico) se explayó en el sonido profundo y delicado del instrumento.

La violinista japonesa Midori Seiler.

La violinista japonesa Midori Seiler.

El sábado 6 de octubre, Midori Seiler completó un íntimo recital de las memorables Partitas para violín número 2, BWV 1004 en Re menor, y 3, BWV 1006 en Mi mayor, en el cual salió descalza (desconozco si es costumbre en ella) a un oscuro escenario y, con un antiguo instrumento Guarnerius, construido alrededor de 1680 de voz frágil y limpia, de sonido cálido a madera, cautivó a todos los presentes —salvo a uno, o quizás, especialmente a uno que, dejándose llevar por la atmósfera callada, roncó durante unos pocos minutos en algún asiento de las primeras filas— con su interpretación segura y vibrante de estas preciosas obras.

Richard Egarr, clavecinista británico, al finalizar el concierto.

Richard Egarr, clavecinista británico, al finalizar el concierto.

El tercer concierto, con fecha del sábado 13 de octubre, corrió a manos de Richard Egarr, que tenía como a priori alentador programa las Partitas números 1 en Si bemol mayor BWV 825, 4 en Re mayor BWV 828, y 6 en Mi menor BWV 830, tres partituras de las más recordadas en la colección de Bach para clave, y que brindó una presentación algo nerviosa, siendo la única función que no tuvo como corolario una pequeña propina, a pesar de que el público la pidió, más por costumbre que por otro motivo.

El músico francés, Jean Rondeau.

El músico francés, Jean Rondeau.

En el último concierto, el más largo de los cuatro, se celebró ayer, sábado 20 de octubre, el joven clavecinista Jean Rondeau interpretó maravillosamente la Partita en Mi menor Fb WV 607, de Johann Jakob Froberger, el arreglo para clave de la Partita en La menor para flauta sola de Bach, BWV 1013, la dramática Partita n.º 2 en Do menor BWV 826, y la Chacona, que ya escuchamos en manos de Midori Seiler, perteneciente a la Partita n.º 2 para violín, BWV 1004, en la transcripción de Johannes Brahms. Jean Rondeau, estrella emergente de la música barroca, atrapó la atención de todos los espectadores y no la liberó hasta terminada su propina, la pieza de Jean Couperin, Barricades Mysterieuses, ofrecida tras largos y entusiastas aplausos, despidiendo brillantemente el ciclo.

Así se completaron estas Partitas bachianas, uno más de los muchos aciertos, y siempre de calidad, que tiene a bien celebrar la Fundación Juan March que, en boca de Ignacio Prego, en unas palabras que ofreció antes de su propina, es «uno de los mejores lugares en España para dar un concierto». Y para escucharlo.

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