'De noche, bajo el puente de piedra' de Leo Perutz: sobriedad y un estilo riguroso y exacto - ¡Zas! Madrid
Libros del Asteroide publica De noche, bajo el puente de piedra, de Leo Perutz, ambientada en la Praga del siglo XVI, con una nueva traducción de Cristina García Ohlrich
Catalogada como una novela, se parece por su estructura mucho más un libro de cuentos, aunque eso sí, relatos que se comunican entre sí mediante unos imaginarios hilos comunes o bajo la perspectiva de esos grandes puentes que cruzan la ciudad de Praga, que comparten personajes y escenarios, remiten unos a otros y terminan por construir ese universo tan propio, el barrio judío de Praga, un lugar que en el libro adquiere un aire legendario, a medio camino entre el misterio y la nostalgia que recuerda el espíritu romántico de un pasado.
Praga se convierte así en un personaje más en estas historias, envueltas en esa aura de misterio y de fascinación absoluta. Conocemos al Emperador del Sacro Imperio Romano, Rodolfo II, que no atraviesa por su mejor momento, y son peculiares los personajes del judío Mordejai Meisl, el protagonista absoluto, y su mujer Esther. El primer relato es una historia de fantasmas: las almas de unos niños se aparecen a unos mendigos en el cementerio viejo de Praga. A partir de las primeras páginas, al lector le interesan ya las historias y todas y cada una de las peripecias de estas gentes que viven una vida arcaica, que incluso literariamente estaba condenada a desaparecer. Perutz construye sus relatos con detallismo extremo, con una minuciosidad absoluta que ofrece al lector una visión de las relaciones humanas y de las historias que se cuentan con esa verosimilitud que tienen las obras maestras, y todo pese a ese territorio que se mueve entre lo sobrenatural y lo mágico, aunque realidad está patente en algunos personajes que forman parte del pasado más ilustre, los científicos Johannes Kepler o Tycho Brahe.
Un estudiante de medicina, Jacob Meisl, es el legatario del comerciante más rico de Praga, Mordejai Meisl, el día en que la vieja judería de la ciudad es destruida y el gueto se convierte en un inmenso lugar repleto de escombros, aunque de su mano sobreviven las historias de pueblo, el elegido de Dios, que no obstante pervive por la memoria y una suerte de alquimia que todo lo transforma. No cabe la menor duda, muchas de las páginas de este libro, De noche, bajo el puente de piedra, rezuman humor, destilan poesía en un estado puro, sobredimensionan la fantasía y el ingenio, y cuentan historias de amor, intrigas, negocios y, en ocasiones, muertes y violencia, un autor cuyos textos celebraba y con qué pasión, otro universal: Jorge Luis Borges.
Biografía del autor
Leo Perutz, judío checo, escribió sus obras en alemán, aunque era matemático de profesión y compañero de oficina de Franz Kafka. En 1903, decidió presentarse voluntario, para realizar el servicio militar en Praga pero, por motivos de salud, fue licenciado en diciembre de 1904. Al año siguiente comenzó a frecuentar como oyente las Facultades de Filosofía y Matemática de la Universidad de Viena, donde adquirió conocimientos de Economía y Matemáticas. Interesado por ese ámbito, en 1906 ingresó al Politécnico de Viena. Se convirtió en un experto en ese campo y desarrolló la denominada Fórmula de Equivalencia de Perutz. A partir de 1918 sus novelas empezaron a cosechar un gran éxito, al tiempo que trababa amistad con muchos intelectuales alemanes. La fama de Perutz se basa sobre todo en sus novelas históricas. La primera que publicó fue La tercera bala (1915), ambientada durante la conquista de México por Hernán Cortés; la segunda, Mientras dan las nueve (1918), es un thriller psicológico que fascinó, entre otros insignes lectores, a Eric Ambler, Friedrich W. Murnau y Alfred Hitchcock. En 1953 apareció la novela que es considerada su obra maestra, De noche, bajo el puente de piedra. Cronológicamente es contemporáneo de Franz Kafka, James Joyce y Sherwood Anderson, aunque no comparte con sus referentes más cercanos ningún signo de modernidad, sin duda, su obra podría considerarse romántica, más próxima al estilo realista de los narradores ingleses del XIX.
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