El humor inteligente de Miguel Noguera y su espectáculo 'Ultrashow', ahora en Madrid - ¡Zas! Madrid
Miguel Noguera ha vuelto al Teatro del Barrio
Ultrashow es un monólogo que Noguera lleva doce años representando en teatros, festivales y museos, y constituye una peculiar propuesta que él mismo ha inventado y se ubica a medio camino entre la performance y la conferencia, en un contexto denominado posthumor
Miguel Noguera, dibujante y escritor también, hace un humor dialéctico, filosófico, un juego retórico que mezcla lenguaje, imágenes y ruidos. Sus ideas parten de Internet, de la calle o de sus dibujos, y las expone con una comicidad tímida que roza el histrionismo, pero nunca sobrepasándolo. Es un humor blanco y de una negrura espesa, es tierno y exponencialmente cruel. Es el humor de un no humorista.
«Ultrashow es un monólogo con pasajes improvisados y bifurcaciones inesperadas, a caballo entre la conferencia y la pieza teatral»
Miguel Noguera en el espectáculo que ahora representa, Ultrashow, en el emblemático Teatro del Barrio (un espacio cultural asentado en Lavapiés), cuenta unas treinta ideas que él ha tenido previamente y que tiene la decisión ineludible de explicarnos. Para hacerlo se desdobla en varios personajes, te dice algo y su contrario, expone el porqué y el porqué no. Muchas de sus pensamientos ya están escritos en sus ocho libros publicados: La muerte del Piyayo, Mejor que vivir, Ultraviolencia, Ser madre hoy, ¡PAM!, Clon de Kant, La vieja tigresa o el erotismo en la senectud y Hervir un Oso (con Jonathan Millán).
En una especial dialéctica anti-trascendental en donde incluye la crítica del entendimiento y de la razón, en su pretensión de alcanzar el conocimiento de las cosas, Miguel Noguera nos hace reír. Porque si de algo está seguro Noguera —si de algo debemos estar seguros todos nosotros— es de que en la vida, y por ende en el humor, el absurdo más abstracto no solo es posible, sino cotidiano.
El propio Noguera define Ultrashow: «Es un espectáculo cómico aunque las ideas no tienen por qué ser cómicas en sí mismas. También improviso cánticos y los comento después. Para desarrollar determinadas ideas me valgo de imágenes proyectadas en una pantalla. El tono del discurso puede ser vehemente (como el de un telepredicador o un líder totalitario), y en ocasiones se torna suave e informal (como el de un estudiante adolescente)».
La mayoría de la veces te ríes sin saber exactamente de qué y rara vez entiendes, en toda su profundidad, lo que Noguera ha querido contarte. Noguera produce humor, pero no es un humorista; puede que sea exactamente lo contrario.
No se lo pierdan.
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