El silencio y otros poemas reúne veintiocho de las mejores poesías de Poe

El silencio y otros poemas, de Edgar Allan Poe, ha sido publicado por Nórdica Libros con traducción de Antonio Rivero Taravillo e ilustraciones de Kike de la Rubia y Nerea Pérez

Destaca que en esta nueva selección de poesías de Edgar Allan Poe se haya optado por subrayar el soneto «El silencio», por encima del más habitual de «El cuervo» (también incluido en este libro).

Pero si «El cuervo», publicado por primera vez en 1845, son los versos más sintomáticos de Poe por representar a la mujer y al espíritu de la muerte; resulta revelador comprobar que el graznido nevermore («nunca más») se repite también como una invocación —la inquietante presencia de la muerte en lo invisible— en la segunda estrofa de «El Silencio»:

Hay un silencio que es doble, mar y orilla,
cuerpo y alma. Uno habita soledades
que ha cubierto la hierba; los recuerdos,
o las gracias solemnes o las lágrimas
borran su horror. Se llama Nunca Más.

Toda la poesía de Poe está fundada en el espíritu de la melancolía —«el más legítimo de todos los tonos poéticos», según el poeta— y, como el crascitar del cuervo, nos alerta de la muerte como en un continuo estribillo «cuyo placer deriva del sentimiento de identidad de la repetición».

Poe definió la poesía como «la rítmica creación de belleza», y elaboró toda una concepción poética en una serie de ensayos, entre los cuales se destacan The Poetic Principle o The Philosophy of Composition. En ellos especificó su filosofía poética: «La muerte de una mujer bella es sin duda el tema más poético del mundo, y es igualmente indudable que los labios más apropiados para ese tema son los de un amante desolado».
Y así es como la muerte de una mujer hermosa es, de hecho, el tema de los mejores poemas de Poe. En «El cuervo» tenemos a «una Lenore perdida », personaje a quien está también dedicado el poema del mismo nombre. Otro famoso poema de Poe al amor perdido, “Annabel Lee”, termina trágicamente cuando el narrador se acuesta al lado de su “vida”, de su “amada”.
La belleza ausente vuelve en el poema «Para Helena», en el que Poe se centra preferentemente en la descripción de la amada como el ideal del esplendor y el espíritu en la antigua Grecia.
Por otra lado, hay que destacar también la balada de «Ulalume», porque si toda la poesía de Poe destaca por su ritmo y musicalidad, Ulalume lo hace en particular. Así como el poema «Las campanas» en donde la importancia del sonido —aunque presente en toda la obra de Poe— alcanza en estos versos una extraordinaria plenitud.

Para Poe la poesía —y así lo especificó en los comentarios al método de composición de «El cuervo» — es un arte, un artificio, una reunión de elementos heredados de la tradición en los que cada autor aporta algo personal, exclusivo. Entre esos elementos que Poe utiliza se encuentran una gran diversidad de influencias: la de los primeros autores románticos alemanes e ingleses, los poetas americanos contemporáneos, los avances científicos y la tradición clásica.
De todo ello se nutre ‘El silencio y otros poemas’, de Edgar Allan Poe, con una poesía rigurosa y vibrante, innegable.