El videoarte todavía está marginado dentro del arte contemporáneo - ¡Zas! Madrid
«Lo que trato de hacer con mis piezas es una reflexión crítica sobre la importancia de las imágenes en la construcción del imaginario colectivo»
Clara Aparicio Yoldi es una joven videoartista madrileña. Graduada en Historia del Arte por la Universidad Complutense, se trasladó a Londres, donde vive actualmente.
Ha recibido el Premio a la Videoartista más prometedora en la última edición de Madatac 07, y sus obras han sido premiadas en diversos festivales de videoarte como en el FIVAC y en BANG , y han sido proyectadas en galerías, museos y espacios culturales de todo el mundo: La Neomudéjar, Medialab Prado y Centro Conde Duque de Madrid, en la Feria Internacional de Arte de Londres, en la PPC Gallery en Berlín, en el Palais de Tokio en París, en el Annex Art Social Space de Brooklyn, Nueva York, y en el Museo Estatal de de Arquitectura de Shchusev en Moscú, entre otros.
Utilizas las últimas tecnologías y combinas diferentes formatos, ¿es tu forma de crear otras realidades?
Para mí las nuevas tecnologías suponen más posibilidades expresivas. Lo que me interesa es el proceso creativo, sea cual sea la técnica o el formato. Como artista disfruto de la libertad para experimentar y descubrir otros lenguajes. Cuantas más herramientas tenga a mi alcance, mejor.
En el vídeo y la animación he encontrado mi principal medio de expresión. Con el videoarte me siento libre de las limitaciones de la industria del cine y de la lógica narrativa. Puedo mezclar imágenes reales con imágenes creadas o pintadas, cortar, pegar, animar, añadir efectos, repeticiones, sonidos, textos, etc. Me gusta mezclar distintos formatos siempre al servicio de la idea o concepto que quiero expresar o comunicar. Me interesan la estética del reciclaje, el material encontrado y los collages digitales como típicos de nuestra época, en la que tenemos una sobresaturación de imágenes y acceso casi ilimitado a ellas. Creo que el aprender nuevas formas de expresión amplía tu visión del mundo y la posibilidad de representar nuevas realidades.
En mis piezas también utilizo expresiones (en After Effects) y programación (Processing). Con ellas puedo crear formas de edición alternativas a la edición lineal de la narrativa tradicional. Me interesan los loops y las repeticiones como nueva forma de pensar y entender el mundo, y también el concepto del azar. Al utilizar la aleatoriedad para crear piezas generativas surgen posibilidades inesperadas, y los vídeos que creo, son solo una de las infinitas variantes posibles.
La inspiración pictórica está muy presente en tus vídeos, ¿tu videoarte bebe principalmente de la pintura?
Estudié la carrera de Historia del Arte, y siempre he pintado y dibujado desde que era pequeña. Utilizo pintura en mis vídeos porque me gusta su plasticidad, la textura que tiene, y al pasarla a formato digital, el contraste que surge con la linealidad del diseño gráfico y del mundo digital, hecho a base de píxeles e imágenes vectoriales. Me gusta jugar con las dos texturas y mezclarlas y el resultado que se genera.
Además, en la pintura no hay movimiento, el resultado es único y permanente. El mezclarla con otras técnicas me permite animarla y crear resultados variables.
También me interesan obras de pinturas clásicas y me gusta plantearme cómo hubiese el artista representado lo mismo si hubiese vivido hoy en día y hubiese tenido acceso a las tecnologías que tenemos ahora.
Aunque la inspiración la encuentro sobre todo leyendo: teoría del arte, política y filosofía. Cuando encuentro un tema o concepto que me interesa empiezo a documentarme y de allí empiezan a surgir las ideas e imágenes. En esta fase veo mucho cine y vídeos, voy a ver exposiciones y empiezo a mirar todo lo que me rodea para sacar ideas sobre la estética o forma. También escucho mucha música porque me ayuda a crear imágenes en mi cabeza.
¿Transmitir belleza visual es uno de tus propósitos a la hora de crear?
Cuando descubrí el videoarte empecé a ver sobre todo piezas de videoartistas de los sesenta, en las que primaba el aspecto performativo o conceptual y no tanto la calidad técnica o estética.
Siempre me planteaba cómo se podrían hacer obras visualmente bellas sin descuidar la idea o concepto. Con mis vídeos intento crear nuevas narrativas y nuevas formas de visualizar códigos expresivos procedentes de diversos ámbitos del audiovisual: como el videoclips, la publicidad y el cine, en los que se cuida mucho el aspecto estético.
Quiero que el espectador preste atención, en primer lugar, a la apariencia visual, y que se deje llevar por las emociones. Crear algo que la gente disfrute, algo hermoso de ver y de escuchar, provocar placer estético. Después de eso, la gente puede profundizar más si lo desea. Se pueden reconocer elementos y empezar a hacer asociaciones. Sacar ideas, conceptos, reflexionar. Eso es un placer más cerebral.
Naciste en Madrid, pero vives en Londres. ¿Es mucho más fácil vivir del videoarte fuera de España? ¿Qué importancia se da al videoarte en Inglaterra?
En Londres hay más ayudas a la producción artística que en Madrid pero no son suficientes. Yo, de momento, no puedo vivir del videoarte. Trabajo de creativa y diseñadora digital a tiempo parcial en una empresa.
Tengo un estudio en casa en el que me encierro los tres días que tengo libres a la semana desde las 8 de la mañana a las 8 de la noche para trabajar en mis vídeos. Y cada uno de los cuatro días que tengo que ir a la empresa, trabajo después en casa unas dos horas. Solo me permito pequeños lujos como una cena con amigos de vez en cuando o viajes fugaces a Madrid. Eso son, además de las horas de trabajo en la empresa, 44 horas de trabajo a la semana, por el momento, sin remunerar. ¡La creación artística es una necesidad!
En Inglaterra existen bastantes instituciones dedicadas al arte contemporáneo, pero aún así, el videoarte todavía está marginado dentro del mundo del arte contemporáneo, probablemente por la dificultad de venta en el mercado.
Sin embargo, creo que el vídeo será pronto una de las principales formas de arte, ya que encaja perfectamente con los tiempos que estamos viviendo. Los audiovisuales están en todas partes y la gente está familiarizada con el lenguaje. Con el vídeo se expresan conceptos de una manera menos narrativa, normalmente las piezas tienen corta duración y tienen fácil accesibilidad a través de Internet. El videoarte tiene que encontrar su camino en el mundo del audiovisual y de las instituciones.
La música posee un peso fundamental en tus obras de videoarte, ¿cómo la elijes?, ¿qué crees que aporta a las imágenes?
La música es parte fundamental en mis obras. Y trato de que mis vídeos sean algo similar a la música, más abstractos. Trato de crear composiciones combinando la música con colores, formas, movimientos y ritmos visuales.
Normalmente, cuando trabajo en un vídeo, la primera cosa que hago es elegir la música o pedir al músico que la cree antes de empezar a trabajar en las imágenes. En muchas de mis piezas he colaborado con Ciara Clifford y últimamente colaboro con Mally Harpaz. Les comento la idea o concepto con el que estoy trabajando, y con eso empiezan a crear la música. Cuando tienen un boceto de la pieza, yo empiezo a escucharla una y otra vez durante días y empiezo a anotar y dibujar las imágenes que surgen en mi cabeza, hasta que las pongo todas en orden siguiendo la estructura de la música. Luego voy construyendo el vídeo, como si construyese una pieza musical pero a base de clips en vez de sonidos.
Cuando el vídeo está casi terminado lo vemos juntas y trabajamos de nuevo en la música hasta ajustarla a los visuales. Es genial trabajar con alguien de otra disciplina en el proceso creativo porque es enriquecedor e inspirador, aporta muchas cosas nuevas que no tendría si trabajase sola. Mally y yo estamos ahora trabajando en un DVD que lanzaremos pronto.
Has declarado que en tus creaciones están presente la estética y estrategias de la publicidad, ¿querrías ampliar esta idea?
Como artista, me inspiro en todo lo que me rodea. Trabajo de diseñadora en una empresa de marketing y allí veo todos los días cómo se utilizan las imágenes y la belleza visual para manipular al espectador y hacerle creer que necesita cosas que realmente no necesita y que no deje de comprarlas. Creo que la historia de las imágenes siempre ha estado vinculada con el adoctrinar a la gente, ya sea en una religión, forma de pensar o de relacionarse con el mundo.
Lo que trato de hacer con mis piezas es una reflexión crítica sobre la importancia de las imágenes en la construcción del imaginario colectivo, la fragmentación del discurso narrativo, el poder de los medios de comunicación y las telecomunicaciones, la ubicuidad de la publicidad y las marcas, y la interactividad como una ilusión de la selección. Me gusta darle la vuelta a ese uso comercial de las imágenes y mostrarlas al público de otra manera en la que reflexione y se plantee cosas en vez de ser sólo un espectador pasivo.
Mi entorno social e histórico me influye, por lo que mis principales fuentes de inspiración se encuentran en los símbolos de la cultura de masas y la sociedad de consumo. Me interesa la neurociencia, la psicología de la percepción y la psicología de la persuasión, la estética de la publicidad y su intención de establecer un vínculo emocional con su receptor. El arte utiliza las mismas herramientas para llegar con facilidad a los sentidos y a las emociones: el color, las formas, armonías, contrastes, son elementos de gran fuerza expresiva. Pero mientras que en el ámbito de la creatividad publicitaria hay muchas limitaciones, como los objetivos de marketing y los objetivos de comunicación, en el arte encuentro libertad total para crear.
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