«Quien marca la X de la Iglesia contribuye menos al erario público»

Cerca del 75% de la cantidad millonaria que recibe la Iglesia católica cada año lo destina a pagar los salarios y la Seguridad Social de sacerdotes y obispos, no a caridad

Solo el 30% de los contribuyentes marca la X de la Iglesia pero los 360 millones de euros destinados a ella es pagado por todos los españoles, ya que esta cantidad se detrae de los Presupuestos Generales del Estado.

Europa Laica ha elaborado un Informe crítico sobre la última Memoria de Actividades de la Iglesia Católica en el que se denuncia la falta de transparencia en el empleo del dinero recibido de la declaración de la renta. También exige la eliminación de la casilla de la Iglesia católica por diversas razones, como que este privilegio a una confesión religiosa es intolerable e incompatible con un Estado aconfesional como el español, según el artículo 16 de la Constitución Española; que es una casilla insolidaria, pues detrae dinero público que podría invertirse en sanidad, en educación y en prestaciones sociales para toda la ciudadanía y, sin embargo, se le entrega a una corporación privada; y que cerca del 75% de la cantidad millonaria que recibe la Iglesia católica cada año lo destina a pagar los salarios y la Seguridad Social de sacerdotes y obispos.

Según esta asociación, para captar contribuyentes que marquen la X a su favor, la Iglesia Católica utiliza una publicidad totalmente engañosa, basada en hacer creer que lo recaudado se destina a labores sociales, cuando en la última campaña no destinó ni un solo euro a caridad, tal y como se refleja en la Memoria de Actividades de la Iglesia Católica.

Además, Europa Laica expone «que la sociedad española no es una sociedad católica, sino una sociedad diversa, de creyentes y no creyentes». «Solamente el 18,5% de la población española se considera católica practicante. La secularización de la sociedad evidencia más si cabe la necesidad de acabar con este privilegio anacrónico», añade la organización.

Por último, el Informe crítico sobre la última Memoria de Actividades de la Iglesia Católica denuncia que a pesar de que la Iglesia recibe miles de euros del erario público no abona los impuestos que sí paga cualquier ciudadano español (IBI, Impuesto sobre el Patrimonio, Impuesto sobre Sucesiones, etc.), y que tampoco declara los beneficios de sus actividades económicas, ni los rendimientos de sus productos financieros.