Formación y planes de autoprotección en la empresa: la seguridad ante todo - ¡Zas! Madrid
Para poder combatir los accidentes de trabajo, se debe tener en cuenta la principal causa que los provoca: «el factor humano». Las herramientas esenciales para prevenirlos, por tanto, pasan inevitablemente por la formación y planes de autoprotección, la información y la aplicación de procedimientos de trabajo mediante los cuales se puedan minimizar el riesgo que los trabajadores puedan sufrir, para prevenir los posibles accidentes.
La seguridad laboral implica que no existan riesgos que perjudiquen la salud de los trabajadores. Para ello los técnicos o especialistas en prevención de riesgos laborales deben identificar, evaluar y controlar los peligros o riesgos asociados a la actividad laboral y fomentar las actividades formativas y medidas destinadas a prevenir y evitar estos riesgos.
El conseguir que los empleados de una organización tengan las mejores condiciones en seguridad laboral es responsabilidad del empresario, que puede asumir directamente esta misión encomendando esta tarea a personas de su empresa o bien contratar a una empresa especializada en prevención de riesgos laborales para que le preste asesoramiento externo.
Para determinar qué medidas son las necesarias y adecuadas, están los planes de autoprotección y de emergencia, que no son exactamente lo mismo, pero que están íntimamente relacionados. Un plan de autoprotección implica la definición de una estructura jerarquizada para situaciones de emergencia. En un plan de autoprotección se define cuál es la estructura de actuación ante una situación de emergencia, se analizan las posibles situaciones que pueden desencadenar de emergencia y se define las acciones que se deben planificar cuando se desencadena una emergencia.
Aquellos centros de trabajo cuyas actividades sean de tipo sanitario, docente, residencial público, almacenamiento u otro tipo de actividad, si reúnen una serie de características en relación con su altura, ocupación, número de camas, número de ocupantes que no puedan realizar la evacuación por sus propios medios, deberán contar con un plan de autoprotección.
Las actividades básicas para la implantación de los Planes de autoprotección serían:
• Información a trabajadores y usuarios: charlas, trípticos, carteles informativos, planos “usted está aquí”, etc.
• Formación y adiestramiento en emergencias.
• Estudios de adecuación. Señalización. Instalaciones de protección contra incendios.
• Preparación y desarrollo de simulacros.
Una vez elaborado el Plan de Autoprotección, es preciso hacerlo operativo. La implantación será el instrumento que lo mantenga vivo y, como queda ampliamente probado, resulta absolutamente crítico para el correcto funcionamiento de la estructura de autoprotección. Para ello, es necesario personalizar su aplicación a las necesidades de cada espacio, ya que cada «empresa es un mundo»; pero todas ellas, sin duda, deben llegar al objetivo primordial de la seguridad en el trabajo.
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