Historia del mayor cronopio y sus amigos: 'Viaje al corazón de Cortázar' - ¡Zas! Madrid
Viaje al corazón de Cortázar, de Juan Camilo Rincón e ilustrado de Daniela Garavito, editado por la Fundación Cultural Libros & Letras, de Bogotá, nos habla del cronopio, sus amigos y otras pachangas espasmódicas
Julio Cortázar vive 100 años después, y no existe mejor ejemplo que un libro como Viaje al corazón de Cortázar, ensayo en el que Juan Camilo Rincón (Bogotá, Colombia, 1982) ofrece sus mejores páginas sobre las amistades literarias del escritor argentino; encuentros, correspondencia, lecturas y vínculos con el universal Borges, la eterna suicida Pizarnik, el diplomático amigo Paz, Neruda y sus amistad desde Isla Negra, Lezama desde La Habana, o la devoción con los amigos que contribuyeron al boom: Fuentes, Vargas Llosa y García Márquez, y un largo etcétera que incluye a Benedetti, Galeano, Gelman, Onetti, Bioy Casares y muchos otros.
¿Por qué, una y otra vez viejas y nuevas generaciones de lectores de Cortázar, volvemos no solo a su literatura, cuentos y novelas, ensayos y conferencias, sino también al mundo privado de las relaciones y de la vida cotidiana del mayor de los cronopios y de la sincera amistad que cultivó con sus amigos? Juan Camilo Rincón nos responde en cada una de las páginas de su ensayo, y a esos libros que giran en torno a su figura, los propios y los ajenos, aquellos que en la década de los 60 del pasado siglo XX, conformaron la historia de la nueva literatura hispanoamericana, y ofrece así la imagen más humana de una de las plumas más brillantes del pasado siglo, también nos permite revivir aquella época dorada de las primeras publicaciones de nuestros consolidados narradores universales. Por estas páginas recordamos algunos de los títulos más significativos, Sobre héroes y tumbas (1961) de Ernesto Sábato, La muerte de Artemio Cruz (1962), de Carlos Fuentes, La ciudad y los perros (1962), de Mario Vargas Llosa, El siglo de las luces (1962), de Alejo Carpentier, Rayuela (1963), del propio Julio Cortázar, Juntacadáveres (1964), de Juan Carlos Onetti, Doña Flor y sus dos maridos (1965), de Jorge Amado, Tres tristes tigres (1965), de Guillermo Cabrera Infante, El lugar sin límites ( (1966), de José Donoso, Paradiso (1966), de José Lezama Lima, o Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez.
Un rico anecdotario
El lector conocerá un rico anecdotario y algunas de las historias que conformaron la vida del argentino y de algunos de los protagonistas de la época, la forma, por ejemplo, en que Borges ayudó a un desconocido Cortázar y le publicó su primer cuento, “Casa tomada”; el inolvidable viaje en tren que Gabo, Fuentes y el propio Cortázar hicieron de París a Praga, sus recorridos por la India con el Nóbel mexicano Octavio Paz, y su inquebrantable amistad con la escritora argentina Alejandra Pizarnik que ayudaría a remendar su corazón innumerables veces en la breve y atormentada existencia de la poetisa. Y aun algo más curioso, leemos como existió la posibilidad de que Luis Buñuel llevara al cine una obra de Cortázar, o las referencias que hace Gabriel García Márquez en su libro Cien años de soledad a personajes de conocidas obras de Carlos Fuentes, Alejo Carpentier y Julio Cortázar.
Un recorrido literario
El libro incluye 36 ilustraciones de la reconocida artista visual Daniela Garavito, quien da vida a los capítulos creados por el autor, para quien este libro “es una especie de manual para recorrer y entender la historia de nuestra literatura (…) de una forma dinámica, cercana y afectiva, llena de datos y anécdotas hermosas”. Y aun añade que, “este libro significa poder poner a disposición de los lectores el resultado de alrededor de diez años de una investigación que, según se aprecia, proporciona datos muy valiosos e interesantes sobre algunas de las historias que construyeron la literatura de América Latina del siglo XX”. Y, por otro lado, representa el lazo entre esas dos formas de concebir el arte de la literatura a lo largo del pasado siglo y, por extensión, hasta el presente. El texto de Rincón, junto al diseño de las 36 ilustraciones de la artista visual Garavito, convierte al libro en objeto de colección, como afirma el joven autor.
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