Huerga y Fierro publica el último libro del poeta madrileño Leopoldo María Panero

En la nota de edición se incide en el hecho de que La mentira es una flor no es una recopilación de poemas sueltos, sino que es un libro concebido por Leopoldo María Panero (1948-2014) como «un conjunto unitario, acabado y exento».

El texto, ideado como totalidad, posee un hilo argumental y se trata de «una obra en sí que se ofrece como tal». Asimismo, Davide Mombelli subraya en el prefacio que La mentira es una flor «es una obra póstuma que el poeta dejó dispuesta como libro». No se trata, por tanto, del habitual expolio post mortem, sino de un libro imaginado y expuesto por el poeta.

Por otro lado, Davide Mombelli aconseja, alejándonos del malditismo y de la locura tan unidos a la figura de Leopoldo María Panero, para «proceder con él como cualquier otro escritor: atendiendo estrictamente a la expresión poética…»; centrándonos en una voz que, a juicio de muchos críticos, y seguramente junto a Pere Gimferrer, sea la única de la España de los setenta llamada a perdurar. De hecho, el nombre de Leopoldo María Panero se dio a conocer en la antología Nueve novísimos poetas españoles, de José María Castellet, publicada en 1970.

La mentira es una flor posee, de hecho, las singularidades de esa voz poética tan definitoria de Leopoldo María Panero: su escritura esencialmente autobiográfica y su reflexión metapoética que se alimenta de la intertextualidad con el uso de escritos ajenos, unida a la continua aparición de citas y de autocitas, así como una larga lista de nombres de escritores. Son numerosas las consideraciones sobre el hecho poético: «solo la página sabe el horror de la vida», «sobre la ruina del poema»; «escribimos para que no nazca el día», «para que el hombre se enamore de la muerte/y no grite más/y no hable», «destruido por la poesía».

Igualmente, el no ser de Leopoldo María Panero se constituye en la amplía aparición de escritores que fraguaron su sí ser literario y vital: Mallarmé, Ezra Pound, Pessoa, Borges, Shelley, Eliot, Marianne Moore, Germain Nouveau, Raymond Roussel, Nerval, José María Eguren, Gastón Baquero…

El silencio, el terror de existir y el espanto son conceptos que configuran la poesía de Leopoldo María Panero —una poesía tan unida a su vida, siempre a la deriva— para forjar «el verso que tejen los gusanos, lentamente/Sobre el filo de la nada!».