El Servicio Público de Empleo madrileño utiliza un cuestionario para los parados, que prioriza a aquellos que acepten trabajar en peores condiciones

Hace más de un año que los orientadores de las oficinas públicas de empleo madrileñas realizan un test denominado Informe técnico-diagnóstico de empleabilidad a todas las personas demandantes de trabajo, en el que determinan una puntuación para priorizar unos candidatos por encima de otros.

El cuestionario consta de veintidós preguntas, y es la base para que los funcionarios del SEPE interroguen a los candidatos acerca de sus expectativas laborales y sobre sus aptitudes: estudios, perfil laboral, etc.

Las respuestas tienen una determinada valoración. Por ejemplo, se dan dos puntos a aquellas personas que estén dispuestas a cobrar hasta dos veces el Salario Mínimo Interprofesional (entre 655,20 a 1.310,40 euros brutos al mes). Además, se concede dos puntos positivos a aquellos parados que estén de acuerdo en aceptar un trabajo con un salario inferior a la prestación por desempleo que estuviera recibiendo, mientras se castiga con un punto negativo a los que pretendan tener un sueldo mayor a la cuantía de su paro.

También se valora con dos puntos a aquellas personas a las que no les importe trabajar en una categoría profesional inferior a la suya, mientras que resta un punto a los que no lo acepten. La disponibilidad para trabajar en cualquier jornada y con cualquier contrato también se valora con puntos; además de contar antes con los desempleados que acepten colocaciones a través de empresas privadas de trabajo temporal.

Medidas como estas explicarían, en parte, la situación del mercado laboral actual, la preponderancia de la contratación temporal y los empleos con ínfimos salarios.