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Nueva edición en el cincuenta aniversario de ‘Tres Tristes Tigres’ de Cabrera Infante - ¡Zas! Madrid

Nueva edición en el cincuenta aniversario de ‘Tres Tristes Tigres’ de Cabrera Infante
Pedro M. Domene
  • On 10 abril, 2017
  • http://acabodeleerymegusta.blogspot.com/

Seix-Barral publica una edición conmemorativa completa de la novela Tres Tristes Tigres, de Guillermo Cabrera Infante

La crítica especializada ha reconocido el valor que el lenguaje desempeña en Tres tristes tigres (1967), aunque se trata de un lenguaje hablado característico porque, desde sus comienzos, para Guillermo Cabrera Infante, uno de sus propósitos primordiales era «convertir el lenguaje oral en un lenguaje literario válido», y «trasladarlo desde un plano artístico, a uno eminentemente literario». La brillante novela de Cabrera Infante ilustra una actitud que los narradores contemporáneos han heredado de los modernistas, la sensación de que existe un abismo cultural entre ellos y su público; y sugiere, en la misma proporción, que no hay cultura cubana si se exceptúa un reflejo grotesco de la civilización europea y norteamericana, una actitud que en último término solo puede conducir a la desesperación.

 Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres; Barcelona, Seix-Barral, 2017; Ed., Conmemorativa 50º Aniversario; 517 págs. + ilustr.

Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres; Barcelona, Seix-Barral, 2017; Ed., Conmemorativa 50º Aniversario; 517 págs. + ilustr.

El humorismo del narrador cubano rara vez echa mano de situaciones cómicas, ni le interesa mayormente la sátira; se trata de humorismo casi exclusivamente verbal porque lo esencial para el narrador cubano es «la alteración de la realidad hablada» que alcanza su punto máximo en el personaje de Bustrófedon, que forja geniales trabalenguas y retruécanos lingüísticos, y es un coleccionista de graffitis y partidario de la conversación como la única forma literaria.

Cincuenta aniversario
Esta edición, que conmemora el 50º aniversario de la publicación de Tres tristes tigres, incluye un texto del autor inédito en España que explica el proceso administrativo que sufrió la obra, postergando su publicación desde que recibiera el Premio Biblioteca Breve en 1964 hasta febrero de 1967, acompañado del expediente de la censura. Cabrera Infante escribió «Lo que este libro debe al censor” como prólogo a la primera edición íntegra, sin censura, de Tres tristes tigres, que se publicó en Venezuela en 1990 por la editorial Ayacucho, y posteriormente fue restituida en la edición de la editorial Seix-Barral que aparecería definitivamente en 1994. La edición incluye documentos oficiales en los que la censura informa sobre Vista del amanecer en el trópico en 1964, y sobre Tres tristes tigres en 1967.

Guillermo Cabrera Infante (Gibara, Cuba, 22 de abril de 1929 - Londres, 21 de febrero de 2005), autor de 'Tres tristes tigres'.

Guillermo Cabrera Infante (Gibara, Cuba, 22 de abril de 1929 – Londres, 21 de febrero de 2005), autor de ‘Tres tristes tigres’.

Noches habaneras
Tres tristes tigres es un compendio de varios registros de la lengua hablada en La Habana, y en un determinado momento de los años 50, que explota de alguna manera la lengua hablada y recurre a los recursos del humor que para Cabrera Infante consiste en no tomar nada en serio, y que él mismo emplea con bastante profusión en su texto. La deuda del narrador cubano con algunas novelas precedentes es innegable, El juguete rabioso, de Arlt y Rayuela, de Cortázar, y vuelve a repetirse en obras como Cien años de soledad, de García Márquez, Pantaleón y las visitadoras, de Vargas Llosa, o Palinuro de México, de del Paso.

El autor cubano
Hay mucho de penoso en la biografía de Guillermo Cabrera Infante (Gibara, Cuba, 1929-Londres, 2005), escribe Antonio Lucas, y señala desengaños, traiciones, intemperie y silencio, cuanto se acumula a lo largo de todo un exilio; aquello que viene impuesto por la disidencia cuando se ha vivido en Cuba, entre los años 50 y los 60, contra Batista y contra Fidel. Cabrera Infante se sumó a los primeros compases del castrismo. Firmó artículos entusiastas sobre la posible Arcadia, dirigió el suplemento cultural, Lunes de Revolución, y publicó Así en la paz como en la guerra (1960), un libro de cuentos de fervor socialista.

El escritor protesta por la prohibición de un cortometraje dirigido por su hermano que reflejaba la fiesta perpetua de la noche habanera; luego vino su despido del periódico, y después la destitución como agregado cultural de la embajada de Cuba en Bruselas. Escribió Tres tristes tigres y consiguió el Premio Biblioteca Breve y en 1965 realizó el último viaje a su tierra para darle sepultura a la madre. A partir de entonces, Guillermo Cabrera Infante se convirtió en el látigo del régimen de Fidel.

Le acompañó en la aventura Miriam Gómez, su compañera hasta el final. «Fueron años durísimos en los que Guillermo nunca perdió la pasión por escribir. La literatura le daba la vida a aquel hombre que siempre estuvo algo enfermo. De niño comió muy mal, porque su madre lo alimentaba de café con leche y con la edad se acentuó además su bipolaridad. Hubo años dificilísimos en nuestro exilio, pero lo compensó su obra».

Cabrera Infante escribía narrativa, guiones de cine, artículos críticos y crónicas. En 1992 publicó un volumen con sus textos políticos, Mea Cuba, y pronto se convirtió en la biografía disidente de un anticastrista feroz. Cuba es también la reconstrucción que de ella hace el escritor a lo ancho de toda su literatura: «Mi única fuerza es intelectual y, por supuesto, moral», escribiría en este volumen. Y algo más: «Mi biografía ha sido escrita, de una manera u otra, por Fidel Castro y sus escribanos de dentro y fuera de la isla», afirmación que tiene todo el peso de una guerra incesante que acabó con la muerte de Cabrera Infante en Londres, en 2005. Pero es evidente que sus textos siguen ahí como otra historia de la Revolución Cubana: tan combativos como vigilantes. Mea Cuba es también la reconstrucción mental que de ella hace el autor de La Habana para un infante difunto (1979), y el testimonio de una promesa traicionada, o la voz de muchos otros que sufrieron el silencio del castrismo: Gastón Baquero, Reinado Arenas, Virgilio Piñera, César Leante, o Raúl Rivero.

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