"¿Qué sentido tiene jugarse la vida si después tu periódico no dispone de espacio?" - ¡Zas! Madrid
El filósofo Rüdiger Safranski afirma: “No tiene uno nunca la sensación de expresar con exactitud lo que ocurre en su interior. Aquello que vive dentro de uno nunca es del todo lo que se puede decir al respecto”; y así el periodista Alfonso Armada afirma que: “Estos cuadernos son, en cierta medida, y con todas sus mentiras, medias verdades y estridencias, un intento de hacerlo”.
Veinte años después publica Sarajevo (Malpaso, 2015), sus crónicas publicadas en El País, y el cuaderno paralelo que llevó a mano, como una auténtica bitácora que transmite el horror de un conflicto que pronto se convirtió en la vergüenza de la Europa del siglo XX.
«¿Qué sentido tiene estarse jugando la vida aquí si después tu periódico no dispone de espacio para ti, o considera que la vida cotidiana de una ciudad sitiada puede esperar?».
Así de contundente se manifiesta Alfonso Armada.
Sarajevo consta del total de las crónicas publicadas en el periódico (desde agosto, 1992-octubre, 1993) y el diario propio que fue escribiendo mientras convivía en mitad del horror. Reflexiones profundas sobre la limpieza étnica acaecida en esa, y otras ciudades y la firme constatación de cómo los europeos y sus gobiernos miraban para otro lado sin importarles lo que se estaba haciendo con los musulmanes de Bosnia, una vergüenza que continúa viva en nuestros corazones; en realidad, este libro ofrece una doble mirada, dos diarios: uno público (las crónicas del periódico), otro particular (el diario íntimo), porque aunque el que escribe es la misma persona no se expresa del mismo modo, y sin duda para el lector esa doble mirada quizá le resulta más cercana.
No menos curioso el tiempo periodístico que el autor pasó en diversas ciudades como Zagreb, Slavonski Brod, Zenica así como en la ciudad sitiada de Sarajevo, cuando escribía mientras el fotógrafo Gervasio Sánchez le acompañaba durante ese periplo y dejaba constancia gráfica de los horrores de esta guerra; el libro está ilustrado con algunas de las fotografías que acompañan al texto.
El trabajo de Armada por las diferentes ciudades de la antigua Yugoslavia resulta impecable, muy cercano y honesto consigo mismo, quizá porque ha sabido complementar de forma ideal las columnas y el diario que las acompaña, creando un conjunto que explica el contexto real, y tan cruel como inestable que vivió el periodista durante los interminables días, las centenares de caras que conoció y el miedo que no le abandonó hasta el final. “Un miedo —que según Armada—, te protege, hace que seas más cauteloso, y limita el rango de la estupidez. No te protege del todo, pero te obliga a pensar antes de actuar. En grado sumo, te paraliza. En dosis manejables, te permite darle sentido al hecho de estar allí: para contar lo que ves de la mejor manera posible”.
El recorrido por este libro buen puedo ser una invitación a que acompañemos al periodista a lo largo de un viacrucis revelador, un camino interior que tiende a relativizar todo, tanto las cuestiones duras presentes como las futuras, y así en alguno de los párrafos de ese diario leemos:
“Busco fuerzas en mi interior, por eso no dejo de trabajar: antídoto contra el fracaso de la realidad (…) Por eso hay días en que las palabras se quedan sin aliento, desplomadas junto a la razón, inválidas para reflejar lo que aquí sucede inapelablemente cada día”.
Para Alfonso Armada, sus vivencias en Bosnia, y en sobre todo en Sarajevo, convierten a este libro, de alguna forma, en una suerte de mínima reparación. Y, en palabras de Clara Usón, en un acertado prólogo, “Estos Diarios (…) constituyen un testimonio impagable del último conflicto bélico de Bosnia. Están escritos con tanta verdad e inmediatez, con tanta habilidad, que al leerlos se tiene la impresión de estar allí, en Sarajevo, bajo las bombas, con los sitiados)”.
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El supuesto final de la guerra fría, abrió las puertas al mundo para ver realemnte lo que sucede en Oriente Medio y otros países en olvido. Bin Ladem, era solo un mensaje a lo que estata por venir. Yugoslavia; un país que desde Tito, ya se gestaba la división étnica de ese conflictivo espacio del planeta. Los Bush son tan peligrosos como los musulmanes fundamentalista, iguales que ISIS. Rusia conoce todo el transfondo de este conflicto. La solución será muy cruel, pues ya ISIS, dio origen a un KALIFATO y el deseo de muchos seres humanos de acabar con el capitalismo, lo lleva a retomar estilos de vida muy antiguos.
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