Representación de 'Muerte del apetito', de Sor Marcela de San Félix, en el Convento de las Trinitarias de Madrid - ¡Zas! Madrid
Calidad, música y humor en Muerte del apetito, obra que recupera y actualiza el teatro conventual
Muerte del apetito se representará este viernes, 25 de octubre, a las 19 horas, en el convento de las Trinitarias
Dentro del Festival Místicas, que se está celebrando en Madrid, el próximo viernes 25 actuará Lafinea Teatro con Muerte del apetito, obra de Sor Marcela de San Félix, con adaptación y dirección de Rebeca Sanz-Conde.
Recuperar el espacio original en donde una monja, Sor Marcela de San Félix, estrenó Muerte del apetito, es uno de los grandes atractivos de esta representación; otro, la originalidad y fuerza de la obra y, por último pero no menos importante, la gran interpretación de sus cuatro atrices: Ainhoa Blanco-Dúcar, Marta de Navas, Irene Doher y Rebeca Sanz-Conde.
La concepción escénica de Muerte del apetito de Sor Marcela de San Félix —hija ilegítima de Lope de Vega— incluye números musicales, pasos de baile, versos que llenan el espacio de vitalidad. Se da la paradoja, como explica Rebeca Sanz-Conde, de que el teatro dentro de los conventos era el único entorno en donde la voz de la mujer no se silenció del todo: «En el Siglo de Oro, la sociedad y el poder constituido no permitían un espacio en la vida pública para las mujeres. En los conventos, sin embargo, la voz de la mujer, no se silenciaba; con lo que nos encontramos con la paradoja de que una mujer solo en la clausura podía encontrar la libertad. Cierto es que las órdenes estaban supeditadas al control masculino, así como a los preceptos y dogmas de la Orden y, por este motivo, la libertad creativa no era total, encontrándonos casos como el de Sor Marcela o Sor Juana Inés que tuvieron que destruir parte de su producción dramática, pero aun y con todo, la libertad y consideración de las creadoras era mayor dentro de los conventos».
La adaptación de Muerte del apetito, obra realizada en el siglo XVII, supone una reivindicación y defensa de la importancia y la actualidad del teatro conventual: «Al espectador del siglo XXI le puede aportar conocimiento y cultura, como toda manifestación artística, pero también reflexión; los textos de Sor Marcela, analizados con cautela, muestran unos valores que bien podrían recordarse en el día a día».
Rebeca Sanz-Conde declara que en la versión que ha realizado sobre los textos originales de Sor Marcela ha tenido en cuenta la laicidad y la impaciencia del público de ahora: «Los cambios que he introducido han consistido básicamente en cortar mucho el texto (ya que el espectador actual, no necesariamente experimentado en teatro, no resiste un montaje de tres horas), y en enlazar unas composiciones con otras. También prescindo de fragmentos donde el dogma de la fe cristiana es excesivamente exhaustivo». «Actualmente, la religión ya no marca las normas de conducta, por eso un espectáculo religioso no se sostiene. Esa es la razón de que prescinda del dogma y me quede con los valores que en la sociedad actual convendría recordar: hay que matar aquello que nos impide ser mejores personas y más solidarias; hay que matar al apetito», añade.
Con iluminación de Juan Ripoll y coreografía de Marta de Navas, Muerte del Apetito tendrá una única representación en la iglesia y convento de las Trinitarias descalzas (monasterio de San Ildefonso y San Juan de la Mata —curiosamente en la calle de Lope de Vega—, a las 19 horas, del próximo viernes; con entrada gratuita hasta completar el aforo.
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