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La ruptura con Felice Bauer en julio de 1914 había llevado a Frank Kafka a la decisión de abandonar Praga, símbolo de una sujeción familiar y profesional, para instalarse en Berlín y dedicarse por completo a la literatura. La capital alemana estaba considerada como una metrópoli mundial, centro de la vida literaria. Era allí donde el escritor veía «la mayor cantidad de oportunidades de salvarse», pues, únicamente, en aquel lugar podría aprovechar sus capacidades para escribir. De agosto a diciembre fue, de nuevo, una eminentemente etapa creadora. Había redactado el «fragmento de Josef K.», antecedente de su novela El proceso, que, en realidad, había surgido como un relato breve que fue ampliándose hasta constituir el segundo intento de escribir una novela, iba a ser su primer libro extenso y el escritor tuvo que hacer un enorme esfuerzo que le llevó hasta verdaderos límites de sus capacidades tanto físicas como creativas.
¿Quién es Gregor Samsa?
De mamíferos e insectos
Franz Kafka (Praga, 1883 – Kierling, Austria, 1924)
Ilustrador, escritor, escultor y pintor
Un insecto que no deja de crecer: "La Metamorfosis" de Kafka, nueva edición ilustrada - ¡Zas! Madrid
- Pedro M. Domene
- On 10 mayo, 2015
- http://acabodeleerymegusta.blogspot.com/
Sin apenas explicación posible, una mañana Samsa se despierta convertido en un monstruo, y al convertirse en un monstruo su familia le oculta y restringirá sus movimientos en su propia casa. En cierto modo, Samsa les brinda la posibilidad de que perciban su presencia, aunque ellos han decidido que desaparezca de la vista y han creado las condiciones necesarias para ello.
La ruptura con Felice Bauer en julio de 1914 había llevado a Frank Kafka a la decisión de abandonar Praga, símbolo de una sujeción familiar y profesional, para instalarse en Berlín y dedicarse por completo a la literatura. La capital alemana estaba considerada como una metrópoli mundial, centro de la vida literaria. Era allí donde el escritor veía «la mayor cantidad de oportunidades de salvarse», pues, únicamente, en aquel lugar podría aprovechar sus capacidades para escribir. De agosto a diciembre fue, de nuevo, una eminentemente etapa creadora. Había redactado el «fragmento de Josef K.», antecedente de su novela El proceso, que, en realidad, había surgido como un relato breve que fue ampliándose hasta constituir el segundo intento de escribir una novela, iba a ser su primer libro extenso y el escritor tuvo que hacer un enorme esfuerzo que le llevó hasta verdaderos límites de sus capacidades tanto físicas como creativas.
En una carta de 11 de octubre de 1915 la editorial Rowohlt aceptaba su nuevo relato La metamorfosis para incluirlo en su publicación «Die Weissen Blätter», es más, había aparecido en el número de octubre. Era la narración más larga escrita por Kafka quien se asombró de no haber corregido el texto en absoluto. Comprobó con indignación que aquella primera impresión había aparecido muy defectuosa. En noviembre de ese mismo año volvió a editarse en forma de volumen en la colección «Der Jüngste Tag». Se le había concedido el Premio Fontane que distinguía al mejor narrador moderno y la obra se reeditó en 1916 y 1918. Pese a todo, Kafka no había conseguido publicar un libro extenso y su proyecto más ambicioso seguía pendiente.
¿Quién es Gregor Samsa?
Un hijo, un empleado, un hermano, el único sostenedor económico de la familia; en realidad, alguien muy solitario que, sin duda, pasaba desapercibido en su familia. Una mañana Samsa se despierta convertido en un monstruo.
Ahora quien experimenta la metamorfosis es la familia, y en realidad el título del relato hace referencia a ellos, y no al pobre y monstruoso bicho, al triste escarabajo que desde siempre hemos identificado a lo largo de sus distintas variantes. El padre lánguido desde el comienzo se vuelve enérgico, activo, un líder que rechaza al hijo-bicho; la madre solo consigue conducirse como alguien que sortea las dificultades; y la hija-hermana, apocada, se transforma en un ser resolutivo, toma partido del monstruo y sabe siempre lo que hay que hacer.
El asco, el resentimiento, y esa humana capacidad de ejercer poder sobre alguien, aunque sea de su propia sangre, han resucitado a esta familia. Y mientras unos descubren el poder, otros descubren su condición miserable, y se convierten en auténticos bichos; se sigue, en realidad, un orden establecido: dependen unos de otros, se necesita a los débiles para desplegar sobre ellos el poder, gente que se sienta un mísero insecto para que otros puedan ejercer el mando para pisotearlo, esencialmente.
El asco, el resentimiento, y esa humana capacidad de ejercer poder sobre alguien, aunque sea de su propia sangre, han resucitado a esta familia. Y mientras unos descubren el poder, otros descubren su condición miserable, y se convierten en auténticos bichos; se sigue, en realidad, un orden establecido: dependen unos de otros, se necesita a los débiles para desplegar sobre ellos el poder, gente que se sienta un mísero insecto para que otros puedan ejercer el mando para pisotearlo, esencialmente.
De mamíferos e insectos
Esta edición ilustrada de Nórdica, con un ingenioso “Prólogo” de Juan José Millás, “Mamíferos e insectos”, nos reafirma que La metamorfosis de Franz Kafka y el Ulises de James Joyce, según el narrador valenciano, se encuentran en los dos extremos de un arco en cuya curva cabe casi toda la literatura escrita a lo largo del siglo XX. La metamorfosis, insiste Millás, se incorpora a la propia biografía del checo con una facilidad sorprendente para tratarse de una historia disparatada: la de un hombre que se transforma en un insecto. Con el paso del tiempo, si uno conserva el grado de ingenuidad preciso para no convertirse en algo peor (un contribuyente, pongamos por caso), tiene que reconocer que lo que le sucede a Gregorio Samsa es bastante normal, aunque no seamos capaces de explicarlo”. Y además, Millás, ofrece en este sustancioso prólogo, algunas claves más, y afirma que ha sido un texto que le ha acompañado desde su juventud hasta hoy mismo, y escribe: “Todo el mundo se identifica con el insecto. Probemos a leerla desde el punto de vista de los padres de Samsa, de su hermana, de su jefe, veremos qué curioso”. Y para terminar con las citas de Juan José Millás, estamos de acuerdo cuando dice algo así, “se pueden olvidar otros libros, incluso otros libros que no tendríamos inconveniente en reconocer como más importantes, pero nadie que haya tenido en sus manos La metamorfosis puede olvidarla, pues es uno de esos curiosos relatos por los que el lector es leído (o devorado) al tiempo que devora (o que lo lee)”. Una verdad, absoluta. Y la edición de Nórdica, un buen momento para iniciarse en su lectura o, mejor aun, en su relectura.
Franz Kafka (Praga, 1883 – Kierling, Austria, 1924)
Escritor checo en lengua alemana. Nació en el seno de una familia de comerciantes judíos, se formó en un ambiente cultural alemán, y se doctoró en Derecho. Su obra, nos ha llegado en contra de su voluntad expresa, pues ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que, a su muerte, quemara todos sus manuscritos.
En 1913, el editor Rowohlt accedió a publicar su primer libro, Meditaciones, extractos de su diario personal, fragmentos en prosa de una inquietud espiritual y un estilo profundamente innovador, a la vez lírico, dramático y melodioso. El libro pasó desapercibido; y los siguientes tampoco obtuvieron ningún éxito fuera de un círculo íntimo de amigos y algunos admiradores. Entre 1913 y 1919 escribió El proceso, La metamorfosis y La condena y publicó El fogonero, que incorporaría más adelante a su novela América, En la colonia penitenciaria y el volumen de relatos Un médico rural.
Ilustrador, escritor, escultor y pintor
Antonio Santos estudió Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. Ha realizado más de sesenta exposiciones individuales. Su obra ha sido distinguida con el Premio Daniel Gil al Mejor Libro Infantil 2003 y el segundo Premio Nacional de ilustración 2004.
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