Una reflexión sobre las mujeres y la literatura: nueva edición de 'Un cuarto propio', de Virginia Woolf - ¡Zas! Madrid
Akal publica una nueva edición de Un cuarto propio, de Virginia Woolf, con traducción de Itziar Hernández Rodilla
El ensayo está elaborado a partir de dos conferencias impartidas por Virginia Woolf en 1928, a propósito de la presencia de la mujer en la literatura
En 1928 propusieron a Virginia Woolf dar una serie de conferencias en Cambridge sobre el tema de la mujer y la ficción. De esta propuesta surgió el libro Un cuarto propio (publicado inicialmente en 1929), una pieza ensayístico-literaria transgresora y actual, con una fuerte capacidad discursiva que se aleja del ensayo al uso.
Virginia Woolf nace en Londres en enero de 1882 y muere (se quita la vida cerca de su casa de Sussex) en marzo de 1941. La escritora supo de las limitaciones de la época para el acceso de las mujeres al mundo intelectual —que en sus ensayos llamará irónicamente «Oxbridge», palabra que une los dos grandes centros universitarios ingleses Oxford y Cambridge— y en especial a cualquier oficio que implique autonomía económica e independencia.
«Pero, dirán ustedes, le pedimos que nos hablase sobre las mujeres y la ficción: ¿qué tiene eso que ver con un cuarto propio?»; con esta conjunción adversativa directa dirigida al auditorio inicia Virginia Woolf Un cuarto propio. Con un lenguaje irónico e incisivo y un tono conversacional —no exento de cierto lirismo— la autora expone su teoría de que si una mujer no posee independencia económica difícilmente podrá dedicarse a una actividad intelectual, y Woolf pone una cifra concreta a esta posibilidad: «… disponer de quinientas libras al año y un cuarto con llave en la puerta… ». Esta idea es la que sostiene el leitmotiv de Un cuarto propio.
La traductora de esta edición, Itziar Hernández Rodilla, posiblemente ha elegido la palabra «cuarto» en lugar de «habitación» (que es el término más extendido en las cientos de ediciones que tiene la obra), porque cuarto es una palabra más informal e implica mayor intimidad y refugio frente a de habitación más formal y hotelera.
Pero, sin duda, este ensayo es mucho más que una argumentación acerca de las condiciones materiales que se requieren para que una mujer pueda escribir. Un cuarto propio encierra una escritura autobiográfica, juicios literarios y reflexión ideológica en donde denuncia y crítica conviven a partes iguales. La escritora expone sin ambages que «Inglaterra está bajo el dominio del patriarcado». En 1929 utiliza el término «patriarcado» en toda su dimensión feminista actual. La escritora también expone el desarraigo, el sometimiento y la discriminación que la mujer, en cuanto sujeto que habita, en cuanto ciudadana, sufre constantemente, y —como un hilo que recorre el libro— describe todos los lugares vedados y aquellos espacios concretos asignados a una mujer en la organización social. Como indica Hernández Rodilla en su introducción Woolf: «…nos informa de las diferencias entre los sexos, de los privilegios y las barreras que esos privilegios imponen a quienes no los tienen».
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