Una vida de mujer: 'Los tigres no pueden esperar eternamente', la segunda novela de Sonia Fides - ¡Zas! Madrid
Los tigres no pueden esperar eternamente, de Sonia Fides, cuenta una historia cuya estructura ofrece una inmersión narrativa laberíntica
Fides, a modo de diario, cuenta en su novela Los tigres no pueden esperar eternamente una historia de casualidades, una invención para la que usa la letra pequeña
Sonia Fides sabe guardar un secreto, su primera novela, La inequívoca fragilidad de los mosquitos cuenta una historia de mujeres que, pese a sus múltiples interrogantes, se convierte en un relato de silencios en busca de una verdad; en realidad, un road movie que persigue una liberación y termina con muchos mosquitos estrellados en el parabrisas, símbolo de las permanentes opresiones con que se encuentran las mujeres en su viaje, y esa constante búsqueda de una verdad que resulta útil, que construye y no destruye, común a buena parte de los mortales y presupone la inequívoca fragilidad de una verdad constante a pesar de los secretos, una verdad gradual que se irá completando en un recorrido necesario para que la mentira no deslumbre y acabe por ser la única opción de las protagonistas. Los seres humanos huimos de la verdad porque nos da miedo completarnos y acceder a ese todo que nos aproxima a la esencia, o nos aleja de lo políticamente correcto y de un ascenso social.
La novela, Los tigres no pueden esperar eternamente, segundo proyecto narrativo de Fides, cuenta una historia cuya estructura ofrece una inmersión narrativa laberíntica, lleva al lector a explorar en dos ficciones que, de alguna manera, se complementan y alternan en propuestas discursivas muy diferentes, el curioso encargo de escribir una biografía de la actriz Catherine Deneuve, y a sugerencia de una amiga de la protagonista para salvar los problemas que le ocasione su editora, un relato no menos curioso, una novela negra al mejor estilo narrativo de Chandler, la historia de un viejo policía reconvertido en criminal, pero al hilo de esa doble experiencia, aflora un pasado que atormenta a la protagonista y persigue a un espectro que se le aparece en televisión, un nombre propio, Egon, un antiguo amor que le impide la ensoñación de convertirse en una escritora que fabula con su propio éxito.
Sonia Fides dará forma a una historia que comienza cuando por casualidad, Odile, una mujer y escritora de unos 50 años, se queda perpleja al ver la imagen de un antiguo amor de la adolescencia en la pantalla de su televisión, hecho que le hará revivir un pasado, y algo que la atormenta en su devenir diario, le costará dar nuevos pasos en su vida actual, bloqueada en su trabajo, comportándose de una manera ambivalente, de trato difícil, sobre todo respecto a su mejor amiga, Olimpia, porque entre otras, el lector ignora qué ocurrió realmente en el pasado, pero advierte en qué medida ese suceso persigue a la protagonista. A medida que avanza el relato, un nuevo dilema asoma a la vida de esta atormentada mujer, la editorial para la que trabaja Odile la obligará a escribir sobre un personaje con la que ella no se siente cómoda, y la escritora, con valentía, y para poder dar portazo a su pasado, decide escribir la biografía de la actriz Catherine Deneuve, una mujer hermética de la que poco se sabe de su vida personal, concede pocas entrevistas e ignora si le gustará la propuesta. Pero la historia se complica, y con la excusa de escribir un nuevo libro, la madrileña nos sumerge en un laberíntico relato, escribe una novela dentro otra, nos crea expectación e intriga por esta nueva historia que se nos presenta a modo de thriller, e irá cobrando fuerza a lo largo del relato, y Odile mezclará las claves de una novela de género con un texto en su propio desarrollo, que alterna con la seudobiografía que irá componiendo, y se convierte en un auténtico diario acerca de la actriz francesa; surge entonces la relación con la traductora Elvira, y Los tigres no pueden esperar eternamente, deja entrever un vínculo más estrecho entre mujeres que conformarán la nueva vida de Odile; en realidad, un personaje desesperado en cuyo camino se cruza un pasado, aunque de la mano de la joven traductora experimenta otras sensaciones sin saber muy bien cuál será su destino, e incluso Odile ignora qué lugar ocupa Elvira dentro de esta historia, aunque casi al final las dos mujeres establecen una relación profunda, y ambas descubren el magnetismo erótico de la verdad que genera en Odile, curiosidad y cierto equilibrio.
Sonia Fides aporta nuevas posibilidades al final de la novela, subraya ese mundo inconsciente, el ensueño del pasado en que vive su protagonista, incluso los tabúes a que se ha visto sometida; sin duda, elementos heredados del psicoanálisis y las mitologías freudianas, pero sobre todo, el protagonismo de una actitud transgresora de la que hace gala.
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