'Abecedario de pólvora', de Yordán Radíchkov, entre el costumbrismo y lo fantástico - ¡Zas! Madrid
Automática Editorial reedita Abecedario de pólvora de Yordán Radíchkov
El libro de relatos Abecedario de pólvora del búlgaro Yordán Radíchkov fue publicado inicialmente en 2014 (la primera vez que llegaba a los lectores en español). Ahora se recupera con portada actualizada y texto revisado
Viktoria Leftérova (traductora junto a Enrique Gil Delgado de la obra), rescata en la introducción las palabras de Radíchkov: «… Nuestro pueblo contaba con un centenar de casas y quinientos habitantes. Casi todos los patios tenían un pozo y en cada uno de ellos habitaban varios vampiros de agua, duendes y espíritus; recordándolos ahora, creo que éramos los campeones del mundo en materia de vampiros de agua, duendes y espíritus».
Esta descripción de su lugar de origen, Kalimánitsa —escenario que sustenta Abecedario de pólvora— proporciona la dimensión sobrenatural y mágica de la realidad de Radíchkov, razón por la cual se le ha adscrito al denominado realismo mágico. Y si bien es cierto que Radíchkov mezcla elementos maravillosos con la realidad y la identidad cultural, como indica Viktoria Leftérova «se trata de un estilo literario genuinamente personal que hunde sus raíces en la tradición de la narrativa oral del Este». Además, hay otra diferencia primordial que lo separa, aunque no radicalmente, del movimiento literario latinoamericano: el humor en su estado misterioso e indefinible que enmarca la visión de unas existencias en permanente estado de ruina. Un humor alejado de la risa.
Los veinte relatos entrelazados que comprende Abecedario de pólvora componen un mosaico en donde personajes e historias se entrecruzan creando un universo rico y particular en el que convive lo más cotidiano junto con lo más prodigioso. El día a día de artesanos, campesinos, panaderos, se desarrolla junto a los fantasmas de los vecinos muertos, la mitología popular o los convenientes conjuros para cada estación del año. Y lo inverosímil, como muestra especialmente el «Pequeño epílogo» del libro en donde las aves introducidas en el horno para ser cocinadas, salen de él: «…todas las aves, aun después de pasar por el fuego abrasador, seguían vivas, cacareando o atusándose escrupulosamente las plumas con el pico».
Asimismo, este microcosmos común y humilde está atravesado por la epicidad y por la mitología popular. La mayoría de los habitantes de la localidad tienen muy presente la idea de revolución, así como la resistencia antifascista y la lucha en contra de la violencia y de la represión. Los habitantes desean ser héroes, por eso pintan en sus carros a los gloriosos personajes históricos y exclaman consignas como: «¡El que cae en la lucha por la libertad, nunca muere!», como grita el personaje de «Piedras», uno de los cuentos del libro. También, como se indica en «El Marcho», otro de los cuentos: «Aunque la guerra quedase alejada, el pueblecito vivía inmerso en ella». Esta sublimación de la cotidianeidad confiere a la aldea, a las modestas vidas, de un halo de trascendencia que impregna la atmósfera y las tramas de cada uno de los relatos.
Por todo ello, ha sido un descubrimiento gozoso conocer a Yordán Radíchkov y su Abecedario de pólvora y, como indica Viktoria Leftérova: «La grandeza de Abecedario de pólvora es su voz atemporal: la prueba de ello es que aún hoy la palabra de su autor suena tan viva y cautivadora como hace unas décadas».
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