Exposición ‘Apuntes para una psiquiatría destructiva’, en la Sala de Arte Joven de Madrid - ¡Zas! Madrid
Apuntes para una psiquiatría destructiva, muestra que estará abierta hasta el 21 de mayo en la Sala de Arte Joven de Avenida de América, fue el proyecto ganador de la VIII edición de Se busca comisario. Esta exposición, comisariada por Alfredo Aracil, estudia la representación de la salud mental y del concepto de locura desde la época de la reforma psiquiátrica, a finales de los setenta, hasta la actualidad
El conjunto de cada una de las obras de estos jóvenes artistas configuran un espacio en el que el espectador no solo contempla, sino que siente, de alguna manera, la distorsión, el control y el pandemónium de un psiquiátrico convencional.
La exposición muestra un conjunto de obras —en donde predomina el vídeo — y algunos documentos históricos producidos entre finales del franquismo y el inicio de la democracia, para plantear un recorrido circular, en donde se reflexiona tanto sobre la locura de “los de adentro”, como sobre la locura de “los de afuera”.
De los artistas y su obra
De los siniestros psiquiátricos del posfranquismo se muestran las fotografías de Pep Cunties, Eduardo Subías y Jesús Atienza, quienes en su obra El mental proyectan cincuenta diapositivas seleccionadas, producidas a partir de originales en blanco y negro sobre el Instituto Mental de Santa Creu de Barcelona, en 1980; así como las imágenes de Carlos Osorio en el psiquiátrico de la Cerrada de Mujeres de Oviedo, en 1975. Impresionantes por su tenebrismo los dibujos de Carlos González Raguel, en donde plasma su internamiento en Ciempozuelos, en 1960. De cómo la locura continúa siendo un estigma lo muestran los tres vídeos del colectivo La Rara Troupe donde plasman la cotidianidad de varias personas con trastornos mentales, a interpretaciones más abstractas como la de Misha Bies Golas, que en su instalación Cuadro de costumbres reflexiona sobre la adicción al tabaquismo que causan las medicaciones psiquiátricas a partir de la figura del fumador por excelencia, Humphrey Bogart. Sofía Bauchwitz, en su videoinstalación Her House on the Water (serie Sujeto Triste), nos propone una reflexión sobre la estigmatización de la tristeza en la mujer. Tras los años setenta, cuando se popularizó la anti-psiquiatría de la mano de publicaciones como Ajoblanco o El Viejo Topo, las críticas a la salud mental, prácticamente, han desaparecido de la esfera pública, salvo en casos excepcionales como el Taller de Investigaciones Subversivas (UHP) o el Colectivo Enajenados. Apuntes para una psiquiatría destructiva pretende volver a abrir este debate con obras como la de Jorge Anguita (con su vídeo proyección, Jorge Mirón), Antonio Ferreira, con su instalación y vídeo, Test de Boston y Marian Garrido, con su videoinstalación Delusional misinterpretation. Obras que, como apunta Alfredo Aracil: «Por medio de diferentes ejercicios narrativos, principalmente audiovisuales aunque también objetuales, juegan con el extrañamiento, el ensayo, la parodia o el simulacro dando cuenta de una serie extravíos de la conducta y otros trances lingüísticos o identitarios perseguidos por la ciencia médica». La representación de la soledad también es mostrada desde perspectivas diferentes como la de Dora García, con su vídeo proyección El helicóptero, o la de Jaume Ferrete con su instalación sonora TTS, poder el separarse, dos trabajos que comparten un cierto interés por lo performativo; presente, también, en el trabajo de Noemí Iglesias, en su instalación Sotiria, donde el cuerpo de la artista se convierte en el cuerpo de un enfermo encerrado junto a presos políticos en el hospital ateniense del mismo nombre.
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