Greenpeace advierte de la necesidad de zonas verdes en la capital para mitigar las olas de calor

La organización ecologista registró el miércoles pasado temperaturas de hasta 63,5 ºC en la Plaza Mayor, 54,8 ºC en la Puerta del Sol o 65 ºC en Callao

Con la utilización de cámaras termográficas, la entidad ecologista dejó constancia del calor extremo en la ciudad de Madrid. Según Greenpeace, las olas de calor son «el evento meteorológico extremo más mortal en España, con 8.000 muertes atribuibles al calor extremo entre 2022 y 2023».

En los alrededores del Museo del Prado, por ejemplo, se midió una temperatura cercana a los 45 ºC. A pocos metros, sin embargo, la cámara termográfica recogía temperaturas mucho más moderadas, 27 ºC, debido a los árboles y fuentes del Paseo del Prado.

Según ha señalado Greenpeace en un comunicado, la mitigación viene de la mano de la cobertura vegetal «que puede disminuir la temperatura hasta 12ºC». «Madrid y el resto de ciudades necesitan reverdecer para luchar contra el calor extremo», añaden.

«Ante el aumento del número e intensidad de las olas de calor es imprescindible que los municipios pongan en marcha planes con todas las medidas necesarias para transformarse en lugares mejor adaptados al cambio climático, resilientes y justos», demandan en Greenpeace.

Entre las medidas esenciales que destacan las evidencias científicas se encuentra renaturalizar las ciudades y políticas comprometidas y vinculantes de reducción de emisiones que pongan fin al uso de los combustibles fósiles, una de las causas de la crisis climática. Por otro lado, para los impactos que ya se están sufriendo y que se acentuarán en los próximos años es «urgente adaptar los municipios al calor para proteger la salud de las personas».

Denuncian los planes de deforestación de Almeida
Greenpeace denuncia que mientras las temperaturas de Madrid continúan en aumento debido a la crisis climática, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, siguen con su plan de deforestación en la capital. Además del proyecto de retirar los árboles en la Plaza de Santa Ana para la remodelación de un aparcamiento, también hay otros ejemplos como el de quitar vegetación del parque de la Cornisa, lo que conllevan las obras del Santiago Bernabéu o las talas relacionadas con las obras de la línea 11 de Metro.

«Desde que Almeida asumió el poder en 2019 hasta 2023, la capital perdió más de 78.000 árboles, al menos un 19% de ellos catalogados como maduros o sanos y, todo ello, sin contar todos lo que cayeron en lugares como la Campo tras el paso de la borrasca Filomena. Mientras tanto, los movimientos vecinales han ido en aumentando de manera constante ante el «arboricidio» que está sufriendo la capital», denuncia la organización que ha puesto en marcha una campaña para combatir las olas de calor.