Primera versión en castellano actual de 'El Buscón', con las ilustraciones de Vierge - ¡Zas! Madrid
El Buscón de Quevedo, con las 120 ilustraciones de Vierge, en Reino de Cordelia
Versión modernizada de la novela picaresca de Quevedo con respeto absoluto a su prosa
El Buscón de Vierge recoge la obra de Francisco de Quevedo, titulada en el original Historia de la vida del buscón, llamado Don Pablos, ilustrada por Daniel Urrabieta Vierge, y puesta en castellano moderno por el filólogo Arturo Echavarren.
Realizar una versión modernizada de El Buscón tiene como finalidad que el lector actual no tenga que estar constantemente leyendo notas a pie de página, ya que al lenguaje del siglo XVII, se suma el conceptismo burlesco de Quevedo que contribuye a que su prosa hoy resulte complicada de entender.
Tal y como indica Arturo Echavarren en la introducción: «dado que toda lengua es un objeto histórico sujeto a la propia historicidad del ser humano, los cuatro siglos que han pasado por encima de todas las palabras y todos los sombreros han producido cambios fonéticos, morfológicos, léxicos, semánticos y sintácticos sin cuento. De la envergadura de estas transformaciones da testimonio el hecho de que cualquier texto del Siglo de Oro requiere un aparato de notas más o menos amplio para que el receptor contemporáneo lo interprete con la mayor nitidez posible… El empleo de los tiempos verbales en esta novela, especialmente los del modo subjuntivo, supone en ocasiones un escollo para el lector moderno, al igual que la posposición del pronombre personal al verbo, el hipérbaton, la concurrencia de zeugmas, el empleo de «que» con valor causal o final, la sufijación expresiva, la acumulación de oraciones de gerundio y, en menor grado, la pujanza de la parataxis en detrimento de la hipotaxis».
Necesaria adaptación, por tanto, ya que además de las dificultades aludidas, la prosa de Quevedo se caracteriza por su agudeza lingüística, su exageración, la caricatura basada en comparaciones hiperbólicas, paradojas, dobles sentidos, polisemias, paronomasias, elipsis y juegos verbales: recursos necesarios para provocar los efectos cómicos —tan quevedescos— que subviertan la realidad, parodian la dura vida del protagonista marcada por el hambre y actúan como protesta contra una sociedad injusta. Estos procedimientos junto a la galería de personajes satirizados —pícaros todos— producen la escritura crítica y renovadora de Quevedo, tan alejada del realismo.
Daniel Urrabieta Vierge (Madrid, 1851 – Boulogne-sur-Seine, París, 1904) ilustró numerosos libros de Víctor Hugo; es autor de uno de los dibujos de la edición de L’Assommoir de Émile Zola publicada en 1878, en la que también participó Auguste Renoir; y en 1880, realizó una de las imágenes de la edición francesa de Histoires extraordinaires, de Edgar Allan Poe que, con traducción de Charles Baudelaire, fue publicada en 1884.
El Buscón de Quevedo ilustrado por Vierge fue publicado en Londres en 1892. Esta edición ofrece íntegra la versión completa, tal y como la concibió Urrabieta Vierge.
La puesta en castellano moderno íntegra y fielmente por Arturo Echavarren y la recuperación de las ilustraciones originales de Vierge son los valores que caracterizan esta nueva edición de El Buscón de Francisco de Quevedo.
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