Ya quedan pocos días (hasta el 15 de enero, 2017) para visitar la exposición  más completa sobre la obra de Toni Catany, en la Sala Canal, de Santa Engracia, Madrid

Símbolo, imagen y oficio

Bajo el título Cuando ir era volver en esta exposición se repasan las fotografías de Catany desde sus primeras imágenes y viajes, hasta sus últimas series. De hecho, es la antológica más completa dedicada al fotógrafo mallorquín, con 140 fotografías, algunas de ellas inéditas. También se exhiben objetos que fotografió y que hablan de sí mismo y de sus viajes.

La primera imagen de la muestra es la que se ha utilizado para el cartel de la exposición, fotografía que se considera una de las más icónicas de Catany; la del retrato de un niño de Ibiza en primer plano con dos ancianas detrás de él. La realizó en 1967 y Catany la consideraba su primera fotografía.

La exposición continúa con fotografías de pequeño tamaño en blanco y negro, con una acentuada atmósfera mágica, en su mayoría calotipos.

Sigue la serie, Soñar los dioses, de poéticos desnudos. A Catany le preocupaba cómo fotografiar el cuerpo sin que pareciese artificial. 

Le siguen otras series como Miradas fortuitas, con retratos captados en Venezuela, Cuba, Bangladesh, la India o Etiopía, retratos realizados con la Polaroid, la mayoría completados con tintas pigmentadas; la de Barcos y peces, realizada en su taller barcelonés en 2013 con los objetos recogidos en sus viajes por Venezuela entre 1991 y 2008.; la serie de Naturalezas Muertas, a modo de bodegones, sobre la que Catany dijo: «Me obsesiona el tiempo. Escoger una flor marchita, unos frutos podridos, o unas conchas es mi manera de hablar del tiempo».

Altares profanos y Paredes maestras son otras de sus series sobre las que el fotógrafo declaró: «Inventar una imagen, una composición, para expresar un sentimiento, una sensación, con objetos y a través de objetos». Las fotografías de Toni Catany son intemporales y buscan la belleza en todas sus formas. Sus obras poseen tal densidad que se acercan a la pintura. Para Catany, sus series permiten una lectura completa del tema tratado, por esa razón publicó numerosos libros de fotografías con cada una de ellas. Porque para él lo más importante era «el discurso sostenido en cada temática».

Para Catany la materia prima del arte es inagotable, está en todas partes. Solamente hay que tener los ojos bien abiertos y saber mirar.