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“Todo lo que ayude a ver. Todo lo que ayude a mirar” - ¡Zas! Madrid
Así insistiría Flannery O´Connor para justificar cómo había llegado a la literatura, previa una experiencia en las artes plásticas, concretamente tras su largo proceso como autora de viñetas durante su estancia en el Instituto Peabody y en la Georgia State College for Women, donde realizaría numerosas ilustraciones en los periódicos de ambas instituciones: “Todo lo que ayude a ver. Todo lo que ayude a mirar”
Flannery O’Connor está considerada como una de las mejores cultivadoras del relato en la segunda mitad del siglo XX. En sus textos indaga, desde una perspectiva cristiana, en la miseria espiritual del ser humano y en su rechazo de la salvación eterna. Aquejada desde 1951 de una grave enfermedad en la sangre, que le afectó a los huesos de las piernas, y la obligó a andar con muletas, la desdichada escritora pasó los trece últimos años de su vida en la granja familiar de Milledgeville, dedicada a la creación literaria y a la cría de pavos reales. Forma parte de ese grupo de autores del sur de Estados Unidos que cambió para siempre la forma de hacer literatura en el país, Flannery O’Connor conmueve con sus relatos y nunca deja indiferente a nadie. Famosa por sus colecciones de cuentos, Un hombre bueno es difícil de encontrar (1955) o Las dulzuras del hogar (1965) y la novela Sangre sabia (1952).
Menos conocida es su carrera como viñetista, desarrollada a principios de los años cuarenta, cuando su obra apareció en las publicaciones de su instituto y en la universidad. Muchas de estas viñetas satirizan la vida estudiantil y el impacto de la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos. Trabajó tanto a pluma y tinta como con linograbados, y su técnica, combinada con sus comentarios mordaces, constituye un antecedente visual de una prosa célebre por su humor y su ferocidad. En 1972 recibió el National Book Award por el conjunto de sus relatos.
Nørdicacómic es una nueva colección de la editorial madrileña que compila todas las viñetas de Flannery O’Connor: Tiras cómicas. El volumen incluye una introducción del grabador e ilustrador Barry Moser, y una perspectiva general, histórica y analítica de la intersección artística entre su literatura y sus viñetas a cargo de la crítica y estudiosa Kelly Gerald, quien señala que:
“El dibujo pudo haber sido un refugio para ella en una época de creciente inestabilidad también para la familia. La historia popular norteamericana está llena de historias sobre buenas gentes que sufrieron penurias durante la Gran Depresión, se mudaron para encontrar trabajo y empezaron de nuevo en otro lugar, recurriendo al clan familiar en busca de apoyo”.
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