Constelaciones recoge veintiséis artistas, entre fotógrafos y escritores, que dialogan en un proyecto común

Constelaciones supone una interesante propuesta creativa. En la primera parte del libro, denominada con el nombre de la constelación Eridanus (con el significado de camino o puerta), fueron los fotógrafos Antonio Ferrer, Soledad Pulgar, Alberto Cob, Pepe Casaro, Miguel David, Ángel Gutiérrez y José Hernández quienes enviaron sus imágenes a los escritores Helga M. Pallarés, Andrea Mazas, Rubén Romero Sánchez, Antonio Crespo Massieu, Pepe Ramos, Andrea Aguirre y María Muñiz para que elaboraran sus textos.

En la segunda parte (en donde, literalmente, se debe dar la vuelta al libro), denominada Cassiopeia (en referencia al mito de la mujer que contempla desde lo alto la bóveda celeste), siete fotógrafos: Antonio Graell, Pilar García Merino, Sofía Santaclara, José Luis López Moral, Jesús Lavandeira, Francisco Blanco y Antonio Ferrer recibieron los textos, entre relatos y poemas, de Javier Fernández Jiménez, Irene Jiménez Duque, Alania Sánchez, José Naveiras, Marina Fernández Bielsa, Carlos Cruz y Helga M. Pallarés, con la finalidad de que les sirviesen de inspiración a la hora de captar la fotografía. En esta doble vertiente de imagen y palabra, fotografía y literatura, con el mismo peso ambas y con igual motivación y respuesta, se ha creado este original libro en el que se funden ambas disciplinas.

En el prólogo de Helga M. Pallarés —impulsora del proyecto junto con Antonio Ferrer— se apunta que inconscientemente se trata de emular, aunque sea de lejos, el juego surrealista de las consecuencias o del cadáver exquisito. En verdad, dentro de estas correspondencias de imágenes y palabras, sí se da esa conexión colectiva, ese  ensamblaje de creaciones en las que late el abandono de la razón, el trabajo en común y cierta intervención del azar.

Fotografía de Francisco Blanco.