Stefan Zweig en su laberinto - ¡Zas! Madrid
Es la humanidad, parece sugerirnos Zweig, la única virtud que se opone a la barbarie
Alianza editorial realiza una cuidada selección de las obras de Stefan Zweig: uno de los testigos de la más terrible derrota de la razón y el triunfo de la brutalidad
Los amantes de la literatura de Stefan Zweig encontrarán en su obra narrativa todos los temas que obsesionaban al autor austriaco, desde la desesperación por la deriva del nazismo y su extensión por Europa, hasta una reflexión profunda sobre la decadencia de Occidente, y su triste concepto de la existencia.
Cuando Hitler llega al poder en 1933, los libros de Stefan Zweig fueron condenados y prohibidos. El fascismo ganaba terreno en Austria, la policía registró la casa del escritor que la abandonó para no volver nunca. En 1938 se divorció y se fue a Londres. En 1939 se casa con Lotte Altmann, su secretaria. Durante estos años no se manifestó contra los nazis o a favor de los judíos perseguidos que criticaría Hannah Arendt. No quiso permanecer en Londres, y en este período su obra comienza a centrarse en personajes atormentados, tanto literarios como históricos, envueltos en situaciones de peligro.
En 1940 viaja a Nueva York, huye de una Europa devastada, entonces se traslada a Petrópolis, cerca de Río de Janeiro donde esperaba la oportunidad de empezar una nueva vida, allí escribió, Brasil, país de futuro.
Stefan Zweig se despidió del mundo con una breve nota, y la tarde del 22 de febrero de 1942, durante su exilio en Brasil, a donde habían llegado en 1940, el escritor se suicidó en compañía de su segunda esposa, Lotte Altmann. «Saludo a todos mis amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esta larga noche. Yo, demasiado impaciente, me voy de aquí antes que ellos».
Novelas y cuentos
Carta de una desconocida (1922) es una novela epistolar. En pocas páginas el escritor crea un texto de intensidad considerable que llevará al lector a la indignación, a la empatía o la conmiseración del personaje que pudo haber escrito tal misiva. Este relato es corto, como novela resulta demasiado breve y ligera, pero como epístola es muy extensa y abrumadora. A pesar de eso, la lectura es rápida e interesante, transmite esa clase de dramatismo que siempre genera respuesta en el público. El autor aborda la escritura de manera directa y simple, como lo hubiera hecho la humilde mujer que finalmente se decide a confesar la pasión que le ha turbado durante toda su vida. Zweig aborda varios de los misterios del corazón humano, entre ellos el llamado romance platónico. Una obra emotiva y patética, el personaje a pesar de todo nunca pierde la dignidad.
La novela corta, Veinticuatro horas en la vida de una mujer (1927), confirma a Zweig como un excelente biógrafo, y novelista que incorpora las novedosas teorías psicológicas y las tendencias literarias de su tiempo. Sus libros además de ser psicológicamente profundos y literariamente elegantes, despiertan el interés en el lector. Un recurso peculiar característico sirve para desarrollar el nudo de la narración, en las primeras páginas parece que el conflicto se centra en el personaje más nombrado, la temeraria señora Henriette; pero inesperadamente, el escritor otorga el protagonismo a otro personaje; la reservada y mesurada Mistress C.
Veinticuatro horas en la vida de una mujer resulta interesante y entretenida, aporta una postura humanista que nos impulsa a solidarizarnos con las personas en lugar de condenarlas; el narrador cede su papel a la nueva protagonista, para que nos relate en primera persona una alocada aventura de tintes pasionales y psicológicos que se desarrollará en un sólo día de su vida y que la marcará para siempre.
Mendel el de los libros (1929) es uno de los cuentos más famosos del austriaco. Esta historia presenta a uno de esos personajes excéntricos de la literatura, uno de esos individuos de apariencia y comportamiento singulares, a los que los escritores gustan de observar y de darles nueva vida en sus relatos. Mendel vive para una sola cosa, los libros. Todo lo que él necesita para darle sentido a su existencia y absorber todo su tiempo. Gracias a la constante dedicación que pone en su trabajo y a su obsesiva perfección, ha desarrollado sorprendentes habilidades de memorización y clasificación de los volúmenes que han llegado a sus manos. Mendel es capaz de ofrecer consejos precisos y detallados y de absoluta confianza a cualquier persona que necesite algún tipo de orientación bibliográfica. Durante el desarrollo del cuento, el autor precisa que su personaje no lee los libros para asimilar su conocimiento o para entretenerse con sus historias; sino para clasificarlos, compararlos y etiquetarlos.
El libro Novela de ajedrez (1941) es un texto durísimo que propone una crítica implacable de suprema profundidad intelectual y psicológica. Esta novela corta ofrece en su primera parte una agradable historia ubicada en la época de la Segunda Guerra Mundial, sobre un joven campeón de ajedrez que viaja desapercibido en un transatlántico. Descubierto por algunos turistas, intentan convencerlo para jugar una partida multitudinaria, a la que el engreído campeón accede de mala gana, aunque cobrará una tarifa considerablemente alta. Tal encuentro no le supone ningún placer ni desafío, hasta que espontáneamente aparece un adversario de su talla, en realidad el verdadero protagonista de la novela, el único que podría zarandear el inflamado orgullo del campeón.
El contrincante tiene una traumática y dolorosa historia que contar; es un abogado austriaco hecho prisionero por la Gestapo durante la invasión alemana de 1938, aunque lo curioso de la historia es cómo ha conseguido escapar y convertirse en un digno contrincante de un campeón de ajedrez. Este argumento convierte a la historia en una emocionante y placentera novela de aventuras puesto que el verdadero tema no es el ajedrez, sino la tortura tras desentrañar la historia del fugitivo.
Ensayo
Momentos estelares de la humanidad (1927) recoge catorce sucesos para explicar y otorgarle sentido al devenir de la cultura europea. El narrador pasó parte de su vida atormentado por el paulatino derrumbe del orden político y social del concepto civilización en la Europa de su época. El castigo de las potencias europeas a Alemania, vencida tras la Primera Guerra Mundial, trajo consigo una república inestable y la pobreza y el surgimiento del nacionalsocialismo que devorará la identidad europea. Por esa razón, Stefan Zweig, intenta rescatar el pasado y explicar cómo se había llegado a un periodo de la historia que avanzaba hacia la tragedia; escribió Momentos estelares de la humanidad donde recoge los sucesos, ordenados del más antiguo al más reciente, que considera trascendentales para explicar las virtudes, los defectos y el devenir de la cultura europea. Es la humanidad, parece sugerirnos Zweig, la única virtud que se opone a la barbarie.
Este libro supone un ejemplo de miniatura histórica y literaria, un intento de Zweig para contar una serie de acontecimientos, que inicia rememorando la vida y el asesinato del filósofo y político romano Marco Tulio Cicerón, o el ocaso del Imperio de Oriente con la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453; Händel compone El Mesías en 1741; la derrota de Napoleón en 1815; el indulto a Dostoievski momentos antes de su ejecución en 1849; el viaje de Lenin hacia Rusia en 1917. «Cada uno de estos momentos estelares, escribe Zweig, marca un rumbo durante décadas y siglos», de manera que podemos ver en ellos unos puntos clave de inflexión de la historia, y que leemos como miniaturas históricas con la fascinación que siempre nos produce el escritor vienés.
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